El
motor del viejo autobus de larga distancia se quejaba con cada tramo
que avanzaba con dificultad entre el fango. El conductor, un hombre de
unos 50 años con pelo y bigote poblado de canas, con cada movimiento
brusco emitia una o dos palabras expresando su malhumor mientras daba
una pitada de su cigarro. La llovizna que habia comenzado en la estacion
de autobuses en las afueras de Lumiose lentamente se convirtio en una
furiosa tormenta que dificultaba la vision por las ventanillas. El unico
sonido que se escuchaba ademas de las gotas atacando el autobus era una
leve melodia que salia de uno de los pocos pasajeros del autobus.
Era
un muchacho de unos veintitantos años, sentado en la parte de atras del
vehiculo, con una pesada mochila de viaje y un gorro de lana gris, del
cual salian unos mechones de pelo rubio, tenia unos auriculares puestos y
tarareba una melodia que salia de su reproductor de cds portatil. Los
demas pasajeros, si bien eran pocos considerando que era el ultimo
autobus de la noche, se encontraban sentados en distintos puntos del
lugar. La ultima parada habia sido hace 15 minutos en las cercanias un
viejo hotel abandonado, donde habia subido un muchacho empapado por la
lluvia, de cabello marron corto y algo enrulado, el muchacho se sento un
asiento individual por el medio del vehiculo. En el asiento de
adelante, se encontraba un joven que iba dormido, tenia el cabello
marrón pero muy enmarañado y en puntas, así como varios piercings en su
oreja y una cicatriz a un lado de su frente con forma de una X. En el
otro extremo delantero,una chica de cabello castaño oscuro por los
hombros miraba hacia adelante intentando definir algo de la ruta que les
quedaba hasta llegar a Laverre. En medio y sentado ocupando dos
asientos con sus pies, se encontraba un muchacho de cabello verde con
una gabardina de color violeta. En el asiento de atrás a ese, un joven
de cabello negro y corto con una campera gris con lineas verdes limpiaba
el vidrio de su lado del asiento para que no se empañe y miraba con
desconfianza hacia afuera. Una chica de cabello rubio largo y ropa roja
estaba distraída también desempañando su vidrio, mientras que un
muchacho de cabello marrón peinado hacia atrás miraba con algo de
molestia al chico de atrás que estaba tarareando.
Hacia varios
minutos que el autobus no se movia y estaba luchando por salir del fango
en el cual se habia quedado atascado, el conductor finalmente se rindio
y miro a sus pasajeros girando la cabeza.
-Espero que nadie tenga prisa.
- Les grito para que todos escuchen, el muchacho que estaba atras con
auriculares no habia entendido, pero puso pausa a su musica.
-Que dijo? No escuche nada, esta cosa va a avanzar? - Pregunto a los demás pasajeros sin hablar con ninguno en particular.
El
conductor no dio mas respuesta y se puso a buscar una gabardina que
tenia dentro de una caja con varios objetos de primeros auxilios que
parecía que no se usaban desde el siglo pasado. Se puso la gabardina
amarilla, agarro una larga y gruesa soga, y abrió la puerta del vehículo
dando una ultima pitada a su cigarro para darse valor. La puerta se
cerro tras el y el autobús se tambaleo ligeramente con los vanos
intentos del chófer de sacarlo del lugar estancado. Los pasajeros se
sumieron en silencio solo interrumpido por la lluvia y el murmullo del
chico del asiento de atrás que seguía tarareando a pesar de tener su
reproductor de música apagado.
-KLANK!!- Un sonido metalizo resonó contra el techo del autobús, hundiendo parte del techo hacia adentro.
Los
pasajeros se alarmaron y miraron hacia arriba confundidos y mirándose
entre ellos, ya no se escuchaban los húmedos pasos del chófer luchando
por sacar al vehículo del fango, solo escucharon la lluvia golpeando
contra las ventanas.
Este
viaje debia ser tranquilo y rapido tenia que visitar a mi mejor amigo
que se encontraba muy enfermo viaja a esa ciudad apesar del peligro que
representaba para mi pero no lo iba a abandonar no a el el autobus era
algo incomodo pero era discreto habia poca gente nada raro la verdad
derrepente nos frenamos al parecer se habia atascado la rueda
normalmente ayudaria al chofer pero no me gusta este lugar por lo que
queria era que esto terminara rapido derrepente un fuerte sonido seguido
de una abolladura en el techo nos alarmo a todos los pasajeros me pare y
dije asustado - Que...que...que esta pasando algo nos ataca? - me
acerque a la ventana a ver si podia ver al chofer ya no oia sus pisadas y
la lluvia fuerte cubria la ventana y me preguntaba que estaba pasando
Gané
y perdí el conocimiento varias veces durante el viaje; el sonido de la
lluvia golpeando contra las ventanas siendo suficiente para calmar mi
mente, y las sacudidas del autobús despertándome unos minutos después.
Ví a varias personas entrar al vehículo a través de la noche pero me
encontraba demasiado cansado como para presentarme. Tendría tiempo
suficiente para eso a la mañana.
El golpe me sacó de mi estupor y
tuve que sujetarme del asiento para no caer de cara al piso. Moví la
cabeza del enorme vidrio empapado en la parte delantera del autobús
hacia los asientos traseros, donde una cantidad impresionante de gente
se hallaban mirando directamente al techo. Me acerqué a la persona más
cercana, una chica de pelo castaño, y bostecé antes de decir algo.
-¡Hey amiga!- Hize un gesto con mis dedos formando una V y le dí mi mejor sonrisa somnolienta. -¿Qué onda? ¿Chocamos algo? Espero que no sea un Bunnelby, esos pobres siempre corren por las carreteras sin prestar atenc...-
Mi mirada se movió a través del lugar mientras hablaba, hasta que al
final mis ojos llegaron al hundimiento que se había producido en el
techo. -O...Oh. Eso no es un Bunnelby.- Susurré.
Inconscientemente
llevé mi mano a la Pokebola colgando de mi cinturón, y la hice girar en
mis manos. Pude sentir un nudo formándose en mi garganta, pero hice mi
mejor esfuerzo para sonreír de todas formas. Puse las manos detrás de mi
cabeza, tratando de aparentar calma, y le hablé a los que se
encontraban cerca.
-¿Alguien quiere ir a ver de qué se trata eso?- Pregunté, emocionado. -Se ve divertido.-
Mientras esperaba por una respuesta, intenté observar las afueras a través de la ventana, por si lograba identificar algo.
-Ugh, no puedo ver nada-
murmuré mientras volvía a limpiar el empañado vidrio, extraña queja
viniendo de alguien que toda su vida se quejó por, justamente , ver de
más. Llevábamos varios minutos detenidos en el mismo lugar y ya no me
estaba gustando para nada. En momentos así es cuando recuerdo alguno de
los refranes de mi madre solía usar cuando era pequeño -Sí el universo no se apura, entonces tu tampoco-. Por suerte, yo no soy mi madre.
-Espero que nadie tenga prisa. -
Dijo nuestro chófer antes de sacar un viejo botiquín. Justo cuando el
viaje no podía ser mejor, ahora estoy atrapado en una caja de metal, en
medio de la nada. Ughh, es otro de esos días en los que creo que no
debería haberme levantado de la cama.
-KLANG!!-
El sonido
del metal hundiéndose me me puso en alerta, sin pensarlo tome de mi
bolso lo único útil, bueno, lo más parecido a algo útil que llevo en
estos momentos. La pokeball se infló en mi mano mientras comencé a mirar
a mi alrededor tratando de pensar cual seria mi próximo movimiento.
Definitivamente me tendría que haber quedado en cama.
/Alerta+Percepción/ [dice]0[/dice]
0
Última edición por Briddler el Miércoles 21 Junio 2017 11:15 pm, editado 1 vez en total.
Este
viaje habia arrancado de lo mejor, por fin pude abandonar ese nido de
ratas que alguna vez pudo haber sido un hotel y preferentemente no
volver nunca, y por supuesto, el primer día fuera de ese antro incluyó
una tormenta, un autobus en ruinas, quedarnos atascados en barro, un
niño paranoico ante el primer ruido y un hippie que no parece saber ni
en donde está parado. Y para completarla un chofer desaparecido. Una
invasion de zombies y podemos dar por completa la lista de cosas
divertidas.
El chico que se encontraba durmiendo al parecer
terminó de despertarse al notar el techo abollado y al parecer buscaba
algo de ayuda en averiguar la situación actual.
-Yo voy, que tan
malo puede ser?, probablemente algo asustó al chofer y tiró sus
herramientas.- Dije en voz suave. levantándome de mi asiento.
Acomodé
un poco mi cabellera rubia y mi blusa roja mientras caminaba por el
pasillo hasta los controles del autobus buscando el botón para abrir la
puerta. El ruido de mis botas de cuero era notorio en el silencio
general.
-Oh, Baraddur, veni para acá, quedate cerca- dije,
volteando a donde estaba mi asiento para llamar a mi compañero, segundos
despues, de debajo del mismo surgió un bulto de arena que se movió
entre los asientos hasta llegar a mi lado, donde terminó de tomar forma y
revelar un Sandygast a mi lado. -Estate atento a la puerta- Dije al
pequeño bulto, el cual hizo un gesto de entendimiento y volteó mirando
hacia la puerta.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Si nadie me detiene, abro la puerta.
A
medida que iban pasando las horas estaba cada vez más segura de que
haberme subido a ese autobus no había sido la mejor idea ¿Pero qué otra
alternativa tenía? Mi equipamento de vuelo necesitaba arreglos y no me
había ido con ningún pokemon prestado siquiera que pudiera usar. Tenía a
mi actual compañero, pero forzarlo a horas de vuelo con su pequeño
tamaño no creía que fueran de lo más conveniente para su salud ni para
la mía. En todo caso... con esta lluvia nadie podría levantar vuelo de
manera segura, ni el más experimentado.
Suspiré. Intenté obtener
una vista del exterior, pero la tormenta no daba posibilidad alguna a
ver algo. Era tal la cantidad de agua que caía, que inclusive se estaba
tornando molesto el ruido que hacían las gotas al golpear contra el
techo. Si sumábamos el silencio que manteníamos casi todos los
pasajeros...no teníamos el ambiente más animado. Tenía ganas de
charlar con alguno, pero era tarde y casi todos parecían muy cansados o
metidos en sus asuntos, por lo que preferí concentrarme en calcular el
tiempo restante de viaje.
Quise acompañar al conductor afuera,
pero no había llegado a abrir la boca cuando ya estaba fuera. No iba a
ser de mucha ayuda igualmente, la fuerza no era justamente mi mejor
virtud.
Tampoco iba a tener la fuerza como para hacer hundirse el techo de esa manera.
Instintivamente
me pegué contra las paredes del autobús, alejándome de lo que fuera que
hubiese pasado arriba mio. Eso no había sido el conductor, ni mucho
menos una gota de agua o una piedra de granizo. Que pronto me
hablaran casi me hacer saltar por lo tensa que me había puesto, pero
intenté mantenerme calma como siempre ya que nada más estaba ocurriendo.
Era claro que eso no era un Bunnelby, aquel sujeto debía de seguir
dormido, y no tuve que tratar de explicarle nada ya que se percató de la
situación él solo.
Me puse de pie frente a la puerta, ya que estaba cerca a ella. Algunos estaban proponiendo salir a ver qué estaba sucediendo. -
No deberíamos dejar al conductor solo -comencé a hablar, elevando cada
vez más la voz, para asegurarme que todos me escucharan-, pero tampoco
deberíamos salir sin tomar precauciones -sostuve con firmeza- ¿Están
todos despiertos y pueden defenderse por su cuenta? ¿Tienen todos
pokémon? -había pasado situaciones similares, aunque quizá no tan...
extrañas- No quiero ser exagerada -agregué- pero no creo que estemos
cerca de la ciudad y si alguno resulta herido tendremos más problemas.
No
iba a moverme de frente de la puerta sin asegurarme que todos
estuvieran realmente conscientes de la situación en la que estábamos.
Había
sido un día menos que productivo en el hotel, no había encontrado nada y
la lluvia había vuelto la investigación innecesariamente complicada.
Traté de relajarme en el viaje pero había algo en este autobús... mi
mirada llegó a una chica rubia. No ella, algo en su dirección. Cuando me
di cuenta, ya no nos estábamos moviendo. Una mirada afuera me confirmó
que todavía estábamos en la ruta. Atascados. Hoy no podía salir peor.
-
Espero que nadie tenga prisa. - dijo el chófer. Dios, si no
llego para la mañana mi jefe me va a matar, ya me viene haciendo muchos
favores. Y es el único trabajo disponible con tanto tiempo libre y
permisos..
El
golpe en el techo me distrajo de mi frustración. Todos los pasajeros
parecían listos para hacer algo, incluso el tipo que recién se había
despertado. La chica rubia llamó a su pokemon de su asiento antes de
abrir la puerta, un Sandygast. Ah, eso era.
Entonces
una muchacha que no había notado antes se interpuso con la salida.
Tenía razón que no podíamos saltar al peligro sin un plan, pero tampoco
iba a dejar ese viejo afuera si es que algo le había pasado.
-
Bien, yo estoy listo. Qué hacemos? - dije sacando a mi pokemon; la
espada inmediatamente trató de agarrarme con su cinto. -Ehre, no
empieces, esto es importante. - murmuré.
La
lluvia golpeaba el metal en una sinfonía deliciosa, cada golpeteo me
susurraba al oído “relajate” mientras que el vibrar del motor creaba la
sensación perfecta para leer un libro o descansar plácidamente. Estaba
cansado así que opte por lo segundo sin dudar demasiado, amaba ese
ambiente.
Justo cuando empezaba a entrar en la parte profunda
del sueño un pequeño tarareo me despertó, me hizo enojar por un segundo,
pero más conmigo, por no poder conciliar el sueño a pesar de que era un
sonido tan tenue, tener un sueño tan ligero no es algo bueno. A veces
me gustaría poder dormirme en el trayecto que hace la cabeza a la
almohada como hacen todos en mi familia o lo que queda de ella al menos…
Suspiré
Éramos
pocos, pero podría decir que lo “peculiar” en esa gente no faltaba.
Estaba muy cansado y me dolían un poco las manos, siempre me pasa cuando
hay lluvia, es algo genético asa que solo me recosté y me cubrí el
rostro con mi sombrero que había visto mejores días, pero la verdad es
que siempre me traía suerte.
El colectivo se detuvo de golpe y
mientras el chofer se bajaba para arreglar lo que parecía ser un
estancamiento levanté mi gorro que había rodado entre mis piernas.
Miré el sobretodo que cubría mi maletín.
-Voy a esperar unos minutos todavía- murmuré, tampoco quería llenarme de barro hasta la cabeza sino fuese necesario.
“-Que dijo? No escuche nada, esta cosa va a avanzar?”- preguntó el cantante.
-Habrá que ver- le contesté con una muy leve sonrisa.
Paso
un tiempo y el conductor no daba señales de vida. De pronto un
estruendo y el techo se abollo como si fuera el aluminio de un bonobon.
“-¿Alguien quiere ir a ver de qué se trata eso?, Se ve divertido” dijo un chico emocionado.
La
verdad no entendí que le parecía divertido, pero bueno estudie
demasiado de la psiquis de las personas para entender que no era una
reacción “normal” para la situación. Así que simplemente lo ignoré no
quería acabar muerto bajo un cuchillo con una risa malévola de fondo.
Había gente algo nerviosa por el incidente así que trate de tranquilizarlos.
-Hay mucho viento, seguro una rama vieja de un árbol se desprendió sobre el techo no se preocupen- dije tranquilamente.
Me abrigué con el sobretodo y tomé el sombrero junto al maletín.
-Dejenme ver si el conductor este bien es lo más importante por ahora- dije mientras caminaba normalmente a la puerta del vehículo.
La
lluvia parecía caer aun con mas furia durante los segundos que los
pasajeros de aquel autobús tardaron en reaccionar. El muchacho de
campera gris y verde se quedo quieto y observando todo con extrema
cautela, así como el chico de la cicatriz que aun estaba sentado en los
asientos de adelante. La cautela y el silencio no duro mucho, ya que la
chica de ropa roja y cabello rubio largo, se levanto bastante decidida
hacia la puerta junto con una criatura hecha de arena que se detuvo a su
lado. Todos miraron con desconfianza hasta que la chica de cabello
castaño también se levanto y le hablo al grupo. Por algún motivo, la
chica hablo con tanta convicción que los pasajeros no pudieron evitar
dar un paso adelante, aunque mas no sea para curiosear.
-Bien, yo estoy listo. Qué hacemos?.-
Dijo el muchacho de cabello marrón enrulado que había subido al
vehículo hace poco. Una extraña criatura se puso a su lado, rodeando su
brazo con una cinta azul que salia de un extremo de su cuerpo con forma
de arma. Poco después que el muchacho, un pasajero mas se adelanto,
asegurándose de estar cubierto por su sobretodo y su sombrero.
-Déjenme ver si el conductor este bien es lo más importante por ahora-
Dijo este ultimo, antes de que la puerta se abra dejando entrar el
viento y algo del agua de la lluvia en el interior del autobús. Hasta
ahora, el único que no había hecho comentario era el muchacho del gorro
que se encontraba atrás de todo, quien se puso de pie cautelosamente y
cargando su pesada mochila. Pese a todo, aun se lo podía ver tarareando
una canción y esbozando una leve sonrisa.
-Hey! Yo tengo un Pokemon también, quizás pueda ayudar en algo.- Murmuro mientras caminaba trabajosamente hasta la puerta recién abierta- Ahora si! Jo, que grupo de rompe corazones!.-
Afuera
del vehículo la lluvia caía por todos lados, dificultando la visión de
todo lo que este cinco metros adelante, salvo por algún ocasional
relámpago que permitía la visión: vegetación, arboles retorcidos y
algunos caídos al piso, lodo que llegaba hasta los tobillos, y algunas
huellas de pies que rodeaban el autobús.
-Escuchan eso? - Dijo el chico de la gorra elevanto la voz entre el ruido de la lluvia- Alguien esta tocando musica? -
Cuando
termino esas palabras, el autobús se sacudió nuevamente, y esta vez
pudieron distinguir claramente como algo caminaba sobre el. Eran varios
pasos y en distintas direcciones, incluso escucharon como algo saltaba
desde el techo del autobús hasta el fango. Escucharon un sonido gutural
acercándose desde el techo hasta donde se encontraba la puerta, no
llegaron a distinguir que era, pero pudieron ver claramente como algo
que se movía salto desde el techo y entro dentro del autobús
aprovechando que abrieron la puerta. La criatura entro en el vehículo y
se escondió debajo de los asientos arrastrándose, pero no tuvieron
tiempo siquiera de alarmarse, ya que vieron a otras dos criaturas
emergiendo desde el fango y emitiendo un sonido gutural que sonaba por
encima de la lluvia. Tenían la piel celeste grisasea, brazos cortos con
tres dedos que casi parecían aletas, ojos pequeños negros y una
expresión que si bien parecía sonriente, no tenia nada de amigable. Las
criaturas estaban enterradas en el fango casi hasta la mitad, pero
avanzaban lentamente hacia los pasajeros del autobus.
El chico de
la cicatriz, que estaba mas cerca de la parte delantera del vehículo
que era hacia donde había salido el chófer, pudo ver de reojo que entre
el fango había una silueta que también sobresalía, cuando un relámpago
ilumino por un segundo la escena, pudo ver que no era otro que el chófer
tirado en el fango boca abajo, aparentemente inconsciente.
El
relámpago me cegó durante un momento, pero justo antes me reveló el
cuerpo del conductor. El hombre se encontraba de cara hacia el suelo,
cuerpo inmóvil y cubierto en lo que parecía ser barro. Realmente
esperaba que sea barro.
Di un paso hacia atrás, mi corazón
golpeando con fuerza mi pecho y una expresión de nerviosismo en mi
rostro, lo que seguramente se debió ver extraño considerando que no
había dejado de sonreír por costumbre. Puse una mano sobre mi rostro e
inhalé profundamente, tratando de calmarme. No podía parecer asustadizo o
afectado; esta gente necesitaba a alguien con mis increíbles talentos y
no sería propio de mí el decepcionarlos.
-El conductor está allá afuera, creo que está inconsciente.- Señalé hacia el punto donde lo había divisado, tratando de hacer que mi voz no muestre debilidad. -Voy a ir a ayudarlo y podría usar algo de apoyo, para el que se sienta lo suficientemente valiente.- Les dirigí mi mejor sonrisa amigable, y levanté el pulgar hacia arriba. -
¡Los cuales parecen ser todos ustedes! No se preocupen si no quieren ir
afuera, también necesitamos ayuda con esa cosa debajo del asiento. Estoy
completamente seguro de que vamos a salir de esta complicación sin
problemas.-
Con eso dicho me dirigí hacia la ventana en el
otro extremo y espié el grupo de Pokemon dirigiéndose hacia nosotros. No
tenía idea de que eran, pero juzgando por los colores y el hecho de que
estaban cubiertos de barro pude imaginar de que tipo eran. No algo con
lo que pudiera ayudar ahora mismo, tenía que concentrarme en ayudar al
conductor. Con un ademán despreocupado abrí la Pokebola, dejando salir a
mi compañera.
La luz formó una pequeña silueta, con la forma de
dos óvalos uno encima del otro, cubierta de plumas naranjas y con un
pequeño pico amarillo. La Torchic emergió y miró a su alrededor con
pereza, al parecer sin importarle mucho lo que pasaba a su alrededor. La
sujeté y la puse encima de mi brazo izquierdo. Ésto tampoco pareció
importarle.
-¡Lup, es hora de hacer lo que hacemos mejor, mi hermosa Pokemon voladora!- Exclamé, y ella me dio una mirada apenas consciente. -
¡Ese es el espíritu! Lamentablemente entre la lluvia y esas... cosas
allá afuera, voy a tener que usarte para algo más práctico que el
combate. -Intenté cubrir su cuerpo con la tela de mi chal, y caminé hacia la lluvia. -
¿Te importaría iluminar un poco nuestro camino? Con un poco de fuego
basta, ¡Este es tu debut así que espero lo mejor de tí! ¡Shine like a
crazy diamond!-
//Liderazgo PKMN+Guía// (No se si tengo que usar este o Uso fuera de combate, pero los dos tienen los mismos dados) [dice]0[/dice]
Lo
que estaba pasando era raro y no sabia que hacer los otro pasajero
reacionaron de diferentes formas y pesanba en como me meti en esto ante
la desaparicion del chofer los otros pasajeros tomaron acciones ya sabia
que algo andaba mal algo habia en el techo estaba aterrado de pronto
abrieron la puerta la lluvia y el viento entraron junto con una criatura
que se arrastro por el piso rapidamente antes de reacionar mas
criaturas aparecian del fango me eran familiares pero el miedo no me
dejaba recordar pence que seria mejor hacer algo saque una pokeball del
interior de mi gabardina y saque a mi kaeru era mi pequeño tympole le
dije - kaeru necesito ayuda con algo por favor lanza supersonico a la
criatura bajo los acientos
Las
cosas pasaron rápido luego de abrir la puerta, un intruso se escondió
abajo de un asiento y dos cosas que no se veian muy amistosas se
acercaban lentamente.
-Ara~ ara~, tenemos un par de bravos heroes
aquí- Dije mientras un muchacho salia... por la ventana... y otro
atacaba a lo que sea que entró al autobus. Dada la situación, el mejor
plan parecia intentar movernos antes de que algo más pasara, pero no
creo que pudieramos ir a ningun lado sin el chofer, así que decidí ir
afuera.
-Baraddur, ponete frente a la puerta y usá harden, no
dejes que nada más pase por ahí- Ordené a mi Sandygast mientras me
desabrochaba mi blusa para dejarla en un asiento, no seria de mucha
protección contra la lluvia y el barro de todos modos.
El bulto
siguiendo sus instrucciones se acercó más a la puerta abierta y vibró
por un momento acomodando la arena de su cuerpo, mientras yo pasaba
saliendo por la misma, ignorando a las cosas en el barro, camino al
chofer inconsciente.
Nos
atacaban de varios lados, pero poco me preocupaba era más importante
ver como estaba el conductor, aunque sinceramente me gustaría agarrar el
manubrio y dejarlos todos a su suerte el juramento hipocrático me
obligaba.
-El conductor está allá afuera, creo que está inconsciente.- dijo el ahora no tan demente chico.
Ahora
un pequeño montículo de arena tapaba la salida del vehículo. Así que
decidí intentar salir con el sonriente chico por la ventana.
-Si podes, cubrime la espalda mientras veo como está el hombre- le dije seriamente.
**Intento llegar al hombre y darle primeros auxilios**
La
puerta del vehículo se abrió dejando entrar el frió viento de la
tormenta junto con agua y una extraña criatura que se metió bajó los
asientos. -Genial, ahora tenemos otro problema más- dije mientras la criatura se metía bajo los asientos.
Tres
personas del grupo decidieron salir a socorrer al chofer mientras que
unos quagsires se acercaban lento pero peligrosamente hacia nosotros.
Me dirigí a la puerta junto al chico que había liberado lo que parecía
un renacuajo con cara. -Bueno, alguien más quiere jugar afuera? O se pueden encargar de nuestro amigo bajo los asiento?- Pregunté tratando de no sonar tan irónico -Yo voy a jugar de support-.
Liberé
a mi pokemon delante del castillo de arena que cubría la entrada, el
pequeño oso blanco comenzó a mirar para todos lados a medida que se
mojaba, pobre, seguro debía ser la primera vez en su vida que veía
lluvia. -Estoy acá- Le dije desde el
autobús, la criatura volteo a verme, casi me causaría un poco de ternura
de no ser por la enorme gota que colgaba de su nariz, pero bueno, la
naturaleza no fue muy buena con su especie. -Powder Snow a los pokemon en el fango- le ordené, el pequeño cubchoo se dio vuelta en dirección a donde estaba las criaturas.
Parecíamos
listos y en buen estado para defendernos en caso de que fuera
necesario, pero no creo lo suficientemente como para la velocidad con la
que ocurrieron las cosas. Antes de darme cuenta había sido golpeada
por una criatura que entró a velocidad al autobús, empujándome contra
el asiento y ensuciándome. Por suerte al ser el asiento el golpe se vió
amortiguado y no sufrí heridas. Intenté identificarla, pero no llegué a
verla con claridad. A mi alrededor, comenzaron a aparecer los pokemon
de mis compañeros de este infortunio de viaje.
Mientras que el
sandigast bloqueaba la entrada, el tympole se encargó de intentar
confundir al ser que se escondía bajo el asiento ¿Tendría efecto? ¿Sería
inmune? La confusión me pareció una buena opción, ya que lo
inhabilitaría pero no lo lastimaría. Sin embargo, que se escondiera no
significaba para mi otra cosa que miedo. -¡No lo lastimen! -grité en
un intento de evitar que esto se volviera un campo de guerra de 10 mts
cuadrados- ¡Creo que está asustado! -sin embargo no sabía si llegaban a
escucharme entre toda la conmoción. Yo no usaría a mi compañero a menos
que fuera completamente necesario, no tenía intenciones de lastimar a
esa criatura sin saber qué era lo que quería realmente.
Por unos
instantes estuve confundida. Analicé la situación lo más pronto que pude
¿Ir a ayudar fuera al conductor inconsciente y a quienes intentaban
asistirlo? ¿O me quedaba adentro e intentaba detener una posible
tragedia sin sentido?
Si salía afuera, mi pokemon tendría total
desventaja por la lluvia. Permanecí adentro, me acerqué a los demás y
permanecí atenta a lo que pudiera hacer.